En la próxima sesión de la Mesa de la Función Pública el Govern presentará, oficialmente para su negociación de buena fe y, realmente, para su imposición pura y dura (cumplir un trámite legal a través de un simulacro de negociación, lo que en buena lógica debería boicotearse por todos los sindicatos de la Mesa), el aumento de la jornada semanal de 35 horas a 37,5 horas para los estatutarios; un nuevo retroceso en las condiciones laborales de los empleados públicos de Balears.
Vamos a estudiar todas las medidas a nuestro alcance para impedir este desastre, que no sólo implicará más horas de trabajo por menos salario, sino que tegamos que asumir el trabajo de eventuales que cesarán o no se contratarán, aumentando el desempleo.
El Govern debería retirar este proyecto de inmediato, para evaluar debidamente todas y cada una de las consecuencias que producirá, que al parecer no se han sopesado. Un principio elemental de todo empleador es no tener molestos, y mucho menos furiosos, a sus empleados. Auguramos conflictividad y quizás unidad sindical frente a imposiciones que nos retrotraen a las condiciones laborales de otra década.