Por Dr. Miguel Lázaro
En la tómbola de Sánchez el numerito esta vez cayó en la salud mental, y el mitómano personaje, en plan dadivoso y con toda la amplificación mediática de sus terminales mediáticas, decidió aprobar una partida de 38,5 millones de euros para impulsar la atención a la salud mental.
Fue sublime ver en su jeta la pomposidad, la vanidad y la sobreactuación (que no esconde su impostura) cuando pronunció 38,5 millones y salud mental. En realidad, esto ya lo había anunciado, -el presidente del Falcon, 5.000 euros la hora-, el 17 de abril, tras presidir su primera reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Esta “gran inversión” en salud mental fue tildada por Feijóo de “insuficiente” y que no da “ni para arreglar un tejado”. Rápidamente, salió a defender a su jefe, el quinto ministro de Sanidad que llevamos, argumentando que Rajoy no invirtió nada y que ya había partidas previas (unos 100 millones de euros) para salud mental.
La verdad es que, haciendo cálculos, la partida no da ni para pipas. Es misérrima y revela de verdad la relevancia que para ellos tienen los enfermos mentales y sus familias. 138 millones para la salud mental, cuando hemos recibido una millonada de los fondos europeos, es reírse de los pacientes. Hagan la cuenta de la vieja y calculen 138 millones entre 47 millones de españoles. Divídanlo entre las 17 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla, y se darán cuenta de cuánto le preocupa la salud mental al presidente más carenciado y generador de estrés cívico de la democracia española. Jarto de im-potencia, fabrica mas pre-potencia que la Danone yogures.
No llega ni a un euro por español. Con la pandemia de trastornos mentales que está cayendo, con el tsunami de patología psiquiátrica en la población infanto juvenil, con las carencias de profesionales que tenemos para realizar una adecuada prevención primaria y secundaria, con la ratio de suicidios disparada, el presidente que preside el Gobierno que ha tardado tres años en permitir que los enfermos depresivos graves pudieran beneficiarse de un antidepresivo muy eficaz, que ha instaurado la cogobernanza para la gestión del COVID para diluir responsabilidades, y que no sabe cuál es la cifra real de muertos por la pandemia, anunció, eufórico, que concede un euro por español para que sus necesidades en la salud mental sean cubiertas.
Unos dos millones por comunidad. Esto es priorizar la salud mental cuando nos está llegando de Europa un chorro de millones. Y no vale argüir que la sanidad está transferida, en este contexto.
La sanidad debería de ser un elemento vertebrador primordial en nuestro estado, donde el liderazgo y líneas estratégicas corresponde al Gobierno asumirlas. Historia clínica compartida, cartera de servicios homogénea, libre circulación de profesionales, adecuación retributiva del colectivo médico, reorganización asistencial en la Atención Primaria etc. No podemos dejar nuestra salud mental en manos de seudolideres políticos.
Un país, una comunidad, que dedica migajas a la salud mental no se merece una buena salud mental y merece ser penalizado. Hoy, y más en esta etapa preelectoral, hay mucha ficción y mucho cuento en este tema, aderezado de eufemismos, tales como bienestar, felicidad etc , cuando de lo que hay que hablar es de sufrimiento, de recuperación de la funcionalidad, de listas de espera, de qué tipo de abordaje de psicoterapias se hace en la sanidad pública, no por la excelencia de los psicólogos sino por la sobrecarga que tienen, de la insuficiencia de psiquiatras, psicólogos, enfermeros, trabajadores sociales, de la mala calidad de vida que tienen los pacientes, de detección precoz y tratamiento multidisciplinar con los suficientes profesionales, de la falta de unidades específicas, de la inclusión de las drogodependencias en la salud mental. La mejor lucha contra el estigma es que los pacientes sean tratados dignamente y que los recursos públicos sean los adecuados.
Es pertinente preguntarse ahora: ¿Es soportable la lista de espera para ver a los profesionales de las unidades de salud mental? ¿Se han reducido los suicidios ¿Se han cumplido las propuestas del Plan estratégico en salud mental 2016-2022? ¿Se ha priorizado, en estos ocho años, el presupuesto en salud mental? ¿Se retribuyen como toca, es decir, como a otras especialidades, la actividad extraordinaria (peonadas) a los profesionales en salud mental? ¿Se han terminado por desarrollar con los recursos suficientes la unidad de patología dual y los equipos de primeros episodios psicóticos? ¿Se ha potenciado la psicología de la salud y servicio de interconsulta de psicología en los hospitales? ¿Se han generado nuevos y suficientes espacios de las unidades de salud mental en los centros de Salud? ¿Es digna y apropiada la USM de Camí de Jesús, desde el punto de vista ambiental?
Bien. El domingo ustedes optarán y votarán, o vetaran o botaran. Les sugiero que lo hagan con mucha racionalidad, coherentes con sus valores y con su estilo de vida. Defiendan lo suyo y piensen que las deudas que los políticos contraen las pagaran ustedes o sus hijos. Nada es gratis y no se merecen políticos que les generan malentendidos y mucha incertidumbre. Piensen, además, que los gobiernos de personalidad múltiple son complejos y son factorías de continuos conflictos. Y no toleren que les mientan o manipulen. No es sano para su salud mental. No les conviene ponerse enfermos con la falta de recursos que tenemos.Ya saben: en derrota transitoria, pero nunca en doma.
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