No es una herida fácilmente cauterizable, sino una hemorragia masiva y multisistémica, que exige su ingreso en la UCI. Esta es la dura realidad que muchos colegas de la magnífica AP están afrontando y nos hace llegar, como gota malaya desde hace un tiempo.
El burnout es cada vez más galopante, secundario al intenso estrés crónico ocupacional y acumulativo, que han acumulado.
El actual contexto sanitario está funcionando como “horno crematorio” de muy buenos médicos. Su capacidad de adaptación, aguante y resistencia ha llegado al límite eclosionara en cualquier momento.
Los responsables y comprometidos médicos de nuestra AP situados en el vértice de la pirámide sanitaria, por conocimiento, habilidades y competencias se sienten atrapados en el usted no puede ganar, no puede empatar, pero tampoco puede abandonar el juego.
La situación por la que están pasando los médicos de Atención Primaria resultainsostenible, gracias a la falta de inversión en Atención Primaria y a una muy mejorable gestión de la situación por parte del Govern. Desde el inicio de esta pandemia, la implicación, responsabilidad y trabajo de los médicos de los diferentes centros de salud ha sido intachable. La contribución de estos a que la situación vivida fuese lo menos lesiva posible, se demostró asumiendo cargas de trabajo enormes, adaptaciones continuas a los cambios de protocolos y directrices.
Todo ello se asumió con la responsabilidad que el momento lo requería llevando al personal a llegar al límite de sus facultades físicas y psíquicas en muchos casos. Tras esta primera ola del Covid 19, se sabía de una segunda ola, en la cual nuestros dirigentes hablaban de la importancia de los rastreos y de lo fundamental de la potenciación de la Atención Primaria. Lo que no sabíamos es que toda esta parafernalia verbal, se llevaría a cabo con el personal médico agotado, sin las contrataciones y sustituciones necesarias y con una gerencia muda, que no ha contestado a ninguna de las demandas recurrentes de sus médicos.
La contratación de rastreadores ha sido y es totalmente insuficiente y parte de las labores de estos, las están asumiendo los desgastados médicos de los centros de salud. La consulta telefónica junto con la presencial, manteniendo los doble circuitos y las visitas a domicilio, por volumen es inasumible, llevando a la saturación de las consultas de los Centros de Salud con las líneas telefónicas de los centros de salud colapsadas…
Todo esto se ha comunicado por activa y pasiva al gerente de atención primaria, por los coordinadores de los centros de salud, únicamente teniendo el silencio por respuesta, salvo en el día 149 de la crisis Covid (según el gerente, Sr.Caldentey ), donde se anuncia via Whasap a los coordinadores : “tranquilidad e ir sacando el trabajo de la mejor forma posible”. Este ha sido hasta ahora el mensaje.
Pero no nos definen las palabras sino los hechos.
El tiempo del dialogo y de las palabras anestésicas ya han pasado. No vale la complicidad, la equidistancia y el sometimiento. Nos congratulan los agradecimientos, pero no solo de ellos, viven los médicos Esta penosa, ingobernable e insoportable situación, ha llevado a tres coordinadores de centros de salud a presentar la dimisión en estos días pasados, y otros hayan comunicado a la gerencia su decisión de no poder asumir su cargo en las condiciones actuales.
Ahora se está demostrando una vez más, que la AP es el GPS de la sanidad pública. Es la piedra angular de la arquitectura sanitaria pública. Si su funcionamiento esta alterado, – y ahora lo está, a pesar del compromiso y la entrega del colectivo médico-, las consecuencias afectan de forma muy importante a los otros servicios de urgencias, tano extrahospitalarios como hospitalarios. Hoy es evidente su sobrecarga, su desgaste, su trabajo al límite y a destajo que deterioran la calidad y calidez del quehacer asistencial.
Por otra parte, es triste y descorazonador los conflictos que están emergiendo en este estresante escenario, entre los pacientes y sus médicos y entre médicos de urgencias hospitalarios, 061 y los médicos de la excelente y abnegada AP.
Por otro lado, el descontento del colectivo médico se acentúa, con la nula sensibilidad del Govern, ante las justas retribuciones del colectivo médico, que deben de ser reconocidas y no coartadas, tanto el incremento de 2%, como el agravio de no compensar económicamente las horas extras que están realizando los médicos de atención primaria y que por contra otros colectivos si lo están recibiendo.
Por todo ello SIMEBAL urge una inversión en primaria, urge una contratación de personal que haga las funciones de rastreo y desahogue las consultas de los médicos de atención primaria, urge una desburocratización de las mismas y un control administrativo de las llamadas telefónicas a los centros de salud.
Todo esto es básico para que los médicos puedan atender el tiempo necesario a sus pacientes, los cuales continúan con sus enfermedades crónicas y necesitan de tiempo y atención, que los médicos no están teniendo. Es totalmente rechazable que los pacientes se conviertan así, en clónicos no reconociéndoselos en su individualidad y en su contexto biográfico con una gran merma y menoscabo de la relación médico paciente, que genera cada vez más conflictos bioéticos.
El Govern, ante el SOS de la Atención Primaria tiene la responsabilidad de sacarla de la UCI, ya que los profesionales no pueden y han optado por no seguir funcionando así. Nunca ha sido más urgente y prioritario cuidar y apoyar a los excelentes médicos que la sostienen.