II JORNADAS HISPANOLUSAS DE FNAM Y CESM
Las II Jornadas Hispanolusas organizadas por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) en colaboración con la Federaçao Nacional dos Médicos (FNAM) han comenzado este jueves 2 de noviembre en la ciudad portuguesa de Chaves, donde se han dado cita representantes de los sindicatos profesionales de médicos de toda España y Portugal.
La primera jornada ha contado con la introducción tanto de Joana Bordalo, presidenta de FNAM, como de Gabriel del Pozo, secretario general de CESM, quien ha lamentado que «nos veamos un año más pero con los mismos problemas pendientes». Haciendo un repaso por estos doce meses desde la primera reunión hispanolusa, Del Pozo ha recordado que se han producido huelgas a nivel autonómico, debido a los 17 sistemas de salud mas Ingesa que rigen en España, y que se han conseguido mejoras en las condiciones laborales, aunque siguen sin ser las óptimas. Mención aparte ha merecido la situación de Ceuta y Melilla, dependientes directamente del Ministerio de Sanidad y que mantienen una huelga desde el pasado mes de marzo sin que logren siquiera una negociación efectiva con Ingesa.
«Al final, lo que nos da la capacidad de negociación es la fuerza. Si estamos unidos conseguimos mejoras, si no, no. Tenemos bastantes problemas comunes en ambos países que o se resuelven a nivel europeo o los gobiernos se van a inhibir. Si nos movemos en un mundo muy globalizado es necesario que se aprueben normativas para todos y de obligado cumplimiento, porque si no a nuestros gobiernos se les olvida», señalaba Del Pozo.
Posteriormente tuvo lugar la mesa que abordaba la cuestión de si hay carencia de médicos o una mala distribución, causas y consecuencias y las realidades de España y Portugal, moderada por Joana Bordalo, en la que Cátia Martins, vicepresidenta del Sindicato dos Médicos do Norte, hacía una radiografía de la profesión en Portugal. «En términos de edad tenemos unos 60.000 médicos, pero unos 18.000 tienen más de 55 años. Entre 2006 y 2022 ha ido en aumento el porcentaje de mujeres, triplicándose en apenas 30 años. En términos de distribución regional la media es de 5,6 médicos por 1.000 habitantes, pero las regiones de Alentejo, Azores y Algarve están por debajo. En Lisboa, por ejemplo, tenemos una densidad muchísimo superior de médicos, y sin embargo es más difícil atraerlos para el Servicio Nacional de Salud», exponía.
Según los datos, Portugal cuenta con unos 60.000 médicos pero solo cerca de 30.000 trabajan en el Servicio Nacional de Salud, y de ellos cerca de 10.000 son residentes. Según la OCDE, es el tercer país con más médicos, pero consideran que las cifras están sobreestimadas porque algunos ya están jubilados y siguen inscritos en el Colegio.
En cuanto a remuneración, en Portugal un médico recibe 2,5 veces el salario medio y en España es del 2,8, pero el salario medio es mucho menor en Portugal, donde además la remuneración no ha aumentado entre 2010 y 2019, más bien al contrario, ha disminuido en términos reales. «Los últimos 3 años, los de la inflación, hemos perdido aún más poder adquisitivo. Eso sí, seguimos formando muchos médicos; estamos por encima de la media de la OCDE, Portugal es el país que más aumenta el número de estudiantes, de manera que tenemos cada vez más médicos pero cada vez menos en los servicios públicos», afirmaba Martins.
En su opinión, las causas de esta situación son variadas; «12 años en que los sueldos han estado congelados, con un aumento de cerca del 3% en el último año que está lejos de cubrir sólo la inflación del año pasado. Tenemos casi los salarios más bajos de Europa y habría que aumentarlos un 30% de base para recuperar las pérdidas desde la crisis, como pasó en España. También nos han retirado derechos, como días de vacaciones, y somos la única profesión de funcionarios que sigue teniendo una jornada de 40 horas mientras el resto tiene 35. Tampoco hay progresión al sumar años de ejercicio como médicos. En total, trabajamos 4 meses más que el resto de funcionarios, en parte por las horas de más y también por la obligación de hacer 150 horas suplementarias al año, cuando muchos colegas pasan de las 600. De ahí que cada vez estén más presionados quienes trabajan en los servicios públicos. La consecuencia está clara; la gente prefiere marcharse al sistema privado o al extranjero, de manera que lo que está en peligro es la supervivencia del Servicio Nacional de Salud», concluía.
Por su parte, Víctor Pedrera, vicesecretario general de CESM, hacía un repaso histórico con las principales decisiones que habían afectado a la profesión, como la instalación del númerus clausus, la implantación del sistema MIR reglado, la desaparición del antiguo Insalud que dio lugar a los 17 sistema de salud mas Ingesa o el repunte del ladrillo sanitario.
En España, según afirmaba, faltan médicos, pero no en todos los ámbitos por igual ni en todas las especialidades, ya que existe una importante desigualdad por áreas geográficas y por especialistas, que al final producen importantes demoras en al acceso a la asistencia sanitaria y una saturación en las consultas, lo que a su vez favorece la llamada fuga de médicos. «Para paliar esta situación hay dos posibles análisis; se puede hacer un análisis simplista, que es el que hacen las Administraciones, que se centran en que ‘si faltan médicos, habrá que fabricar más’ y optan por abrir facultades de Medicina, que en una década se ha pasado de 28 a 60 en España. También si los médicos se van fuera se piensa cómo retenerlos, pero las medidas propuestas se encaminan más a coartar la libertad del profesional», lamenta.
Por otro lado, «existe otro análisis más racional, que consiste en mirar dónde faltan médicos, de qué especialidad, observar si se ha planificado el MIR en los últimos años a medio y largo plazo y no con la inmediatez que se está haciendo ahora. Necesitamos un registro para saber de qué situación partimos y no ha habido un plan de estímulo de cobertura. Si los profesionales deciden marcharse habrá que ver por qué y solucionarlo, ya que en los últimos 10 años ha aumentado un 600% el número de peticiones de certificados de idoneidad, una realidad de los médicos más jóvenes que deciden irse y que va a ir creciendo año tras año. Tenemos un problema de estabilidad laboral que nuestro entorno no tiene, y tenemos un índice de precariedad cercano al 40%, con retribuciones muy por debajo de las del resto de la Unión Europea. Son condiciones totalmente inaceptables», aseguraba Pedrera.
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