Patricio Martínez: “La legalidad sindical en España es un juego con las cartas marcadas”

Vuelve a insistir en que si no hay avances hacia una “mesa del conocimiento”, el próximo otoño los médicos dirán ”¡basta ya!”

El secretario general de CESM, Patricio Martínez, recordó de nuevo hoy que el marco normativo que hace posible la actuación sindical en España está viciado desde su origen con el único fin de beneficiar a las organizaciones de clase, y que el objetivo legítimo de los médicos es ir hacia convenios-franja, “puesto que sólo de ese modo podremos llevar adelante con eficacia las múltiples reivindicaciones que tenemos pendientes”.

Este mensaje (que no por reiterado deja de ser contundente y actualizado, en la medida que la realidad diaria se empeña en subrayar su vigencia) fue el eje de su intervención hoy en el V Círculo Sanitario organizado por la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS, adscrita a CESM), dedicado no en vano a debatir sobre las mejores vías para profundizar en el llamado profesionalismo médico, cuya proyección abarca desde el ámbito estrictamente sindical (que los facultativos tengan una interlocución directa con sus empleadores) al más amplio de las condiciones en que debe llevarse a cabo nuestro ejercicio como médicos.

La meta de que los facultativos se representen a sí mismos y se les de una mayor autonomía para regular su profesión fue, de hecho, el horizonte que presidió el acto, en el que intervinieron los máximos representantes de todas las instituciones que forman el Foro de la Profesión Médica (OMC, CESM, FACME, decanos de Facultades y estudiantes de Medicina). Se evidencia así que en el Foro, nacido en julio de 2007, se está produciendo una confluencia de ideas que en algún momento han de materializarse en hechos, pues supone que los médicos saben hoy lo que quieren y lo hacen con una sola voz, circunstancia ésta que puede calificarse de nueva e implica una potencialidad difícil de obviar por quienes han de tenerla en cuenta.

La fuerza de la profesión

Por lo que se refiere a la vertiente sindical, el secretario general de CESM fue tajante al señalar que “la legalidad en la que nos movemos no funciona, puesto que ni la ley nos ampara ni las mesas sectoriales de negociación [en las que están representados todos los trabajadores de la sanidad pública] se han enfocado para que los médicos podamos hacer viables nuestras peticiones. Y cuando ha habido visos de que pudiera ser así, entonces lo que sucede es que nos remiten a nuevas mesas, como la de la Función Pública, hechas a la medida de las organizaciones que todos conocemos”.

Es más, en este punto añadió que, en teoría, ni siquiera las huelgas médicas sirven, ya que según el actual marco normativo los comités que las lideren han de representar a todas las formaciones con presencia en la mesa sectorial.

Lo cierto, sin embargo, es que cuando ha habido convocatorias de paro seguidas mayoritariamente por los facultativos, los empleadores (públicos o privados) han tenido que reconocerlas de facto, lo que quiere decir que, a la hora de la verdad, lo que cuenta es la fuerza que los sindicatos médicos sean capaces de evidenciar.

Martínez puso en este caso de ejemplo a Cataluña (de cuyo sindicato ha sido secretario general), donde el objetivo de que los médicos puedan negociar de tú a tú con la Administración y empresas privadas o concertadas es una expectativa cada vez más factible debido a que el sindicalismo médico profesional se haya implantado como en ningún otro lugar de España. [ Ver resultado de las elecciones sindicales celebradas ayer en esta comunidad autónoma].

Aparte de las negociaciones sobre cuestiones retributivas o laborales, Martínez apunto que la mesa del conocimiento (expresión ésta que ya ha cuajado en el sector y con la que alude a la necesidad de que el médico tenga un cauce propio de representación) ha de fijarse como fines inmediatos recuperar la autoridad que antaño tuvieron juntas facultativas en los centros, así como reclamar un plan de desarrollo profesional autorregulado por los propios médicos y que vaya más allá de lo que significa la Carrera, ya que en este caso se trata de un reconocimiento administrativo a efectos normalmente salariales, mientras que el concepto anterior recoge el compromiso de los profesionales de llevar al máximo su nivel competencial para garantizar la calidad de la asistencia.