Ayer el representante del Sindicato Médico de Baleares en el Hospital Son Llátzer, a quien expresamos nuestro apoyo institucional, fue insultado y agredido, brutal y gratuitamente, por el acompañante de un paciente, precisamente cuando el facultativo participaba en una reunión pacífica, frente a las puertas del centro, contra las agresiones a los profesionales sanitarios.
Ante la reiteración de conductas violentas de todo género contra el personal sanitario (amenazas, coacciones, vejaciones, injurias, calumnias, agresiones, lesiones, datos, etc.), exigimos al Servicio de Salud, Ib-Salut, la adopción de medidas efectivas de seguridad en los centros, que acaben con los comportamientos violentos y que consigan su implacable sanción penal cuando irremediablemente se hayan producido.
Creemos que la agresividad de ciertas personas no podrá atajarse si se mantienen las exiguas penas que los juzgados y tribunales pueden imponer, puesto que la mayor parte de los procedimientos acaban con la imposición de ridículas penas de multa, carentes del menor efecto disuasorio. Es preciso que se considere, como ya vienen sentenciando algunos órganos judiciales, que los médicos del Servicio Nacional de la Salud son funcionarios públicos a los efectos de incardinar las agresiones contra los mismos en el delito de atentado, y si es preciso que se tipifique específicamente estas conductas con unas penas que si bien no podrán erradicar la violencia totalmente, disuadan a los violentos o que los sancionen adecuadamente