Los médicos advierten “intereses” detrás de la creación de facultades El Foro de la Profesión Médica (integrado por el sindicato profesional CESM, la OMC, la Federación de Asociaciones Científico-Médicas, los estudiantes de medicina y los decanos) ha presentado hoy un documento en el que argumenta la necesidad de que no se abran nuevas Facultades de Medicina y se adecue el numerus clausus, establecido actualmente en unos 7.000 alumnos, a oferta de plazas formativas para acceder a la especialidad, que en estos momentos es de 6.000.
“Si no se hace así, y en vista de que prácticamente todos los estudiantes que comienzan la carrera, la acaban, eso significa que cada año habrá unos 1.000 licenciados que irán al paro o tendrán que emigrar para poder trabajar como médicos”, señaló al respecto el secretario general de CESM, Francisco Miralles, quien se refirió también al despilfarro económico que supone para el país formar más profesionales de los necesarios. En este sentido, apuntó que el coste de la formación de un médico le cuesta a las arcas públicas entre 200.000 y 250.000 euros.
En el acto de presentación a los medios del citado documento, en el que participaron Juan José Rodríguez Sendín y Serafín Romero (presidente y secretario respectivamente de la OMC), Enrique Lázaro (Consejo Nacional de Estudiantes de Medicina), Ricardo Rigual (Asamblea de Decanos), Carlos Macaya (presidente de FACME)y Francisco Miralles (secretario general de CESM), se informó que las plazas Mir convocadas han disminuido en las 2 últimas convocatorias un 10%, mientras que el número de estudiantes que acceden a estudiar Medicina sólo lo ha hecho en un 1,35%.
Por otro lado, se insistió en que no es congruente reducir l número de estudiantes de Medicina y abrir nuevas Facultades de Medicina. En ocho años, se ha pasado de 28 a 40 facultades y de 3.450 a 7.000 estudiantes. España es hoy, de hecho, el segundo país desarrollado del mundo con más Facultades del mundo en relación a los habitantes, sólo superada por Corea del Sur, aunque pasaría a ser el primero si se da luz verde a la apertura de los siete centros que se pretenden abrir, dos de los cuales serían carácter privado en Alicante (Mare Nostrum University y Universidad Católica de Alicante), uno concertada en el municipio catalán de Vic, y cuatro públicos en los municipios de Baleares, Jaén, Almería y Huelva.
“La creación de facultades es un proceso muy complejo, intervienen consejerías, universidades, promotores con diversos intereses, agencias de acreditación y ministerios de Sanidad y Educación, hay que poner un cierto orden”, aseguró el presidente de los decanos, Ricardo Rigual, quien recordó la falta de un agente que regule y asegure la calidad de la formación que dan las universidades en la titulación de Medicina.
“Una facultad no se improvisa”, recuerda Rigual. Es necesario contar con docentes con un perfil específico y con convenios con hospitales universitarios. Sobre este mismo asunto, Carlos Macaya, presidente de FACME, afirmó que estos convenios tienen “una deficiente regulación”, y que existen hospitales que se cuelgan el rótulo de “universitario” sin haber acreditado su calidad “porque este apellido les otorga prestigio”.
El Registro de profesionales, como primer paso
En cuanto al paro médico, se adujo que a finales de 2013 había 4.203 demandantes de empleo, que a lo largo del año emigraron 3.400, una situación que todos los representantes del Foro coincidieron en calificar de “lamentable, tremendamente injusta para los afectados y claramente irracional” en lo que se refiere a la planificación de unos recursos humanos tan imprescindibles como costosos para el país.
El criterio del Foro, avalado por las previsiones de los expertos en demografía médica, es que para evitar que siga aumentado el desempleo en el sector, el número de nuevos alumnos debería fijarse hoy en la horquilla de 5.500 o 6.000 alumnos.
El Foro espera, por otra parte, que Sanidad haga pronto público el Registro de Profesionales del Sistema Nacional de Salud que con tanta insistencia viene reclamando desde hace años, aunque considera que esa radiografía inicial debe ser el punto de partida para crear un órgano, con representación de los propios médicos, encargado de planificar fielmente las necesidades formativas futuras.
Fuentes: CESM
