El tan manido atributo : “post-vacacional” suena a lamento y resignación y constituyen -ambos dos- vocablos asociados a nuestro querido mundo de la farmacia. Nuestro “cotilleo” veraniego diario es a base de convenio y liberalización; y es que en verano los políticos se aburren soberanamente y aprovechan para “mover hilos” ante la gran “dispersión mental” que padecemos la gran masa de “currantes”, más preocupados de nuestros planes vacacionales y ansiosos ya por “desconectar” del frustrante desgaste anual. Nos aburren y dividen con redundantes declaraciones con la intención de provocar el desánimo y “cerrarnos la boca”. Y lo peor es que poca réplica por parte nuestra se pueden llevar, pues cuando nosotros “volvemos al tajo” ellos inician sus vacaciones. ¡Qué listos que son!
A la vuelta de vacaciones resulta que el Consejo General aprueba ahora la defensa que del modelo español de farmacia realizan nuestros políticos; resulta que “antes no hacían nada pero ahora “hacen los deberes” y además muy bien”. Yo no me cansaré de repetir, aunque escandalice a más de un dirigente colegial, que el citado Sr. Presidente del Consejo representa lo que la mayoría no quiere y defiende sólo a los empresarios como él. Resulta también que se acerca el momento de la verdad : el momento en que la Comisión Europea y su tribunal de Justicia se pronunciarán sobre los contenciosos austríaco, alemán e italiano… y después le toca a España, país que se resiste a abandonar un modelo farmacéutico arcaico que no cumple la normativa europea en cuanto a los pilares básicos de la Unión : la libertad de establecimiento y circulación de personas y capitales. Podéis estar bien seguros que saben de hace tiempo que tienen la guerra perdida y que es cuestión de tiempo; pero van a tensar la cuerda hasta el final para finalmente, ya en edad de jubilación, culpar a los que provocaron la “ruina del modelo”. Ahora priman las “alianzas” entre conservadores europeos de los modelos planificados, que han amasado grandes fortunas a costa del desempleo y frustación profesional de los más jóvenes y que plantean un frente común ante la “amenaza liberalizadora”. Los últimos en unirse a esta “guerra” ideológica han sido las grandes superficies, que ven peligrar sus parafarmacias si prosperan las tesis de los que limitan el establecimiento. Una “guerra en los despachos” ante la cual la gran mayoría de farmacéuticos permanecemos ajenos y expectantes.
A la vuelta de vacaciones me he leído más de 100 e-mails de revistas digitales del sector y farmacéuticos de aquí y de la península opinando sobre el convenio que se firmó por unos cuantos. Pues bien, en el siguiente capítulo, el juez anuló el convenio mientras la patronal que firmó inicialmente (FEFE) defendía su actual vigencia. En el tercer y último (¿) capítulo el Ministerio de trabajo ratifica la anulación de un convenio que unos aplican (ya se están pagando atrasos) y otros no. Y por si esto no fuera poco, el IPC sigue subiendo, desfasando de cada vez más lo que ya estaba desfasado. Y de fondo : “una guerra entre patronales” sólo obsesionadas en “fer-se sa punyeta” (en bon mallorquí) y poco o nada interesadas en mejorar un convenio deficitario en casi todo y que nos divide más que nunca.
Para no repetiros otra vez la vergüenza que me produce el tema, renuncio a poner más calificativos a esta esperpéntica situación.
Por último, ahora les toca a los Colegios profesionales; esos “intocables” estamentos corporativos de los que nadie habla hasta que le preguntan por ellos. ¿Porqué será?..
Se cuestionan temas delicados como : la defensa que hacen del colegiado o la colegiación obligatoria, temas que se encuentran en la línea de flotación de estas entidades para mí excesivamente politizadas de “puertas para adentro”, notablemente desfasadas y parciales – como los convenios que tenemos y en los que no participan – en su función de defensa del colegiado y muy alejadas del espíritu de servicio que para mí deberían tener.
Esta intención de cambio en las estructuras y funcionamientos colegiales está, en mi opinión, perfectamente meditada; porque como es previsible la factura europea de la farmacia libre a la larga la pagará el Consejo que, por quedar perdedor, se ganará el descrédito de sus subordinados colegios. Entonces será el momento de cambios y renovaciones que maquillen el desaguisado y… aquí no ha pasado nada. ¡Magistral!
¿Que ahora quieren reformar sus funciones y papel en la sociedad…? ¡Por fin!
Bueno amigos/as..este es mi breve resumen veraniego. Ya veremos que nos dan de sí estos temas. Al menos, que no nos falte : amor, salud y trabajo (y que cada uno los coloque en su orden preferido).
Y si no dan nada…a hipotecar la herencia para comprar una farmacia, que mucho me temo que habrá de cada vez más en venta. ..Un abrazo.